viernes, 3 de julio de 2009

Deshoja la margarita


¿A qué mirar el cielo cuando es tormenta inminente?
¿por qué sufrir cuando el tronco seco se astille?
Evítalo,
Huye.
Introduce en mí la inyección letal.
Siéntame a comer ante un plato de oro
Y dame cicuta para beber,
Como a Sócrates
¡Condéname!
Llora conmigo sin sentir mi dolor
O siéntelo y no llores.
Despójame de esta celda,
Hazme libre.
Desnúdame de carnes,
Olvida mi nombre,
Olvida mis ojos,
Olvida el aliento vital.
Y cuando quede la esencia
Quiéreme.
Sólo ese es amor verdadero.