viernes, 28 de agosto de 2009

Fuegos


Las doce de la noche.
Se oscurece la bahía clara,
y los barcos encienden sus luces.
Estallidos,
colores,
besos con sabor
a fuegos artificiales.
De nuevo,
cabizbajo,
miras el reloj.
Sé que ronda por tu mente,
se han vuelto a nublar tus ojos,
sé que al mirarlo
piensas
¿hasta cuándo?
Para tu reloj,
coge mi mano,
intenta leerme.
Te diré que
hoy es hoy,
y mañana
puede ser sólo un día
o la efímera eternidad.

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